Invita, no insistas
Iniciar una conversación importante debería ser un esfuerzo compartido. Comienza con una invitación en lugar de lanzarte directamente. Por ejemplo: "Tengo algo en mente que me gustaría hablar. ¿Cuándo sería un buen momento para ti?" Invitar a la otra persona les permite considerar y prepararse.
Dosifica la Conversación
Las conversaciones cruciales pueden descarrilarse si los participantes se agotan. Planifica charlas de unos 10 minutos o acuerda hacer una pausa en un punto específico, listos para retomarla más tarde. Además, ten en cuenta que personas enfermas o recientemente afligidas tienen energía limitada.
Escucha para Comprender
Las conversaciones más efectivas ocurren cuando escuchamos cuidadosamente a la otra persona. En lugar de planear qué decir a continuación mientras hablan, simplemente escucha. ¿Has escuchado lo suficiente como para repetirlo? Verifica tu comprensión repitiendo lo que escuchaste con empatía.
Sé Curioso, No Opinante
¿Qué te está contando la persona que no sabías antes? Utiliza tu curiosidad para hacer preguntas sobre sus ideas, esperanzas y miedos. La genuina curiosidad puede ayudar a los adolescentes a sentirse comprendidos y a evitar que se sientan "hablados" en lugar de escuchados.
Da Malas Noticias Gradualmente
En lugar de causar shock con noticias inesperadas, comienza dando antecedentes o pidiéndoles que cuenten "la historia hasta ahora". Por ejemplo: "Quiero hablar sobre la salud de mamá. Dime cómo crees que ha estado últimamente...". Esta recapitulación inicial crea un espacio donde la nueva información es menos inesperada.
Siéntate con la Angustia sin Intentar 'Arreglarlo'
No intentes cerrar emociones fuertes ofreciendo consuelo o consejos. Sé un compañero tranquilo para aquellos en angustia; si lloran, enfádate o quedan en silencio, mantente presente y valida lo que sienten. Frases útiles incluyen: "Está bien sentirse así", "Lamento que esto sea tan perturbador" o "Me alegra que puedas hablar de esto conmigo".
No Interrumpas el Silencio
El silencio es a menudo donde reflexionamos. Apoya a alguien sin interrumpir su flujo de pensamientos diciendo frases simples que muestren que estás prestando atención: "Tómate tu tiempo", "No tengo prisa" o "Esto necesita un poco de reflexión".
Apoya, no 'Arregles'
Podemos desempoderar a las personas tomando el control. En lugar de proponer soluciones, pregunta qué soluciones han considerado o qué aconsejarían a alguien más en su situación. A menudo, una persona atrapada puede ofrecer buenos consejos a un amigo en la misma situación.
Concluye de Manera Positiva
Dar un aviso de tiempo es útil si sabes que uno de ustedes necesita terminar la discusión pronto. "Gracias" es una buena nota final, incluso en una desavenencia, agradecer por su honestidad y tiempo muestra aprecio y respeto.
Cuida de Ti Mismo
Si te sientes inquieto después de una conversación, recuerda tratarte con amabilidad. Algunas personas toman cinco minutos para caminar al aire libre o concentrarse en su respiración. Estos "momentos conscientes" nos ayudan a reenfocarnos. Un análisis confidencial con otra persona también puede ser útil.
Estas estrategias, basadas en la experiencia como psicoterapeuta y médico, son fundamentales para abordar conversaciones delicadas. Aplicar estos principios puede hacer que incluso las conversaciones más difíciles sean más abiertas y exploratorias.